Así vivimos el Festival de Cine de Málaga en Villa del Mar
Ha pasado una semana desde que recogimos nuestros mandos, apagamos las pantallas y nos despedimos de Villa del Mar, pero la energía de esos días sigue aquí, vibrando. El Festival de Cine de Málaga nos abrió sus puertas, y ustedes —jugones, curiosos, cineastas, padres, niños, profesionales— las atravesaron con una curiosidad y calidez que nos dejó sin palabras. Esto no fue un stand, ni una “actividad paralela”. Fue un espacio donde el cine y los videojuegos dejaron de mirarse de reojo para darse un apretón de manos. Y vaya si hubo química.

Cuando las pantallas dejaron de ser fronteras
En EVAD siempre hablamos de “historias que se juegan”, pero durante el festival, esa idea dejó de ser un eslogan. Fue emocionante ver cómo alguien que venía por el cortometraje Retap se quedaba horas después probando Frostfire, o cómo quienes se acercaban por los mandos acababan debatiendo sobre narrativa no lineal en el taller de Storytelling del futuro. Las masterclasses se llenaron de preguntas incisivas —”¿Cómo se traduce una emoción a píxeles?”, “¿Por qué duele más perder un personaje en un juego que en una película?”—, y de pronto, estábamos todos en la misma trinchera: la de quienes creen que las buenas historias no tienen formato.

La zona experiencial del Festival de Cine de Málaga en La Malagueta se convirtió en una plaza pública de lo digital. Padres jugando con hijos, profesionales intercambiando tarjetas, adolescentes grabando reacciones para TikTok (sí, lo vimos, y nos encantó). Smile Thief, nuestro juego sobre robarsonrisas, terminó siendo una metáfora involuntaria: cada demo que probabais os llevabais una sonrisa, pero nos la devolvíais multiplicada en comentarios como “No sabía que esto se hacía en Málaga” o “¿En serio son estudiantes los que han hecho esto?”.
Lo que no se vio en el Festival de Cine (pero fue igual de importante)
Detrás de los juegos y las charlas hubo momentos humanos que no aparecerán en ningún resumen oficial:
- El equipo de Frostfire corrigiendo bugs in situ a las 2 de la madrugada, obsesionados con que el boss final funcionase perfecto para el primer jugador de la mañana.
- El ilustrador de Smile Thief explicándole a una niña de 9 años cómo se dibuja la tristeza (“con las cejas así, pero también con los hombros”).
- El chico que repitió taller tres veces porque quería llevarse su historia no lineal terminada (“¡Es que el personaje es como yo!”).
También hubo silencios elocuentes. Como cuando, en la proyección de Retap, alguien murmuró “esto parece un juego, pero es cine… o al revés”. Ahí supimos que habíamos cumplido: habíamos sembrado duda.
Los maestros detrás de las ideas: cuando el conocimiento se comparte en el Festival de Cine
Un festival como este no funciona solo con pantallas y mandos. El Festival de Cine de Málaga necesita algo más valioso: gente que sepa encender chispas. Por eso queremos dedicar un espacio a quienes, desde el otro lado de las mesas de trabajo, hicieron que cada taller y masterclass se convirtiera en una conversación memorable.
Sergio Navarro: El arquitecto de mundos interactivos
Hubo un momento durante el taller de “Storytelling del futuro” en el que Sergio Navarro hizo una pausa, miró a los asistentes y soltó: “Olvidad todo lo que os han dicho sobre narrativa lineal. Aquí el héroe no es el personaje, sino el jugador”. Y se armó el debate.
Sonia Díaz: Donde la técnica se vuelve emoción
Mientras en una sala se discutía de mecánicas, en otra, Sonia Díaz (nuestra coordinadora de Arte) estaba desmontando mitos sobre la creación de personajes. Con su masterclass de ilustración 2D, demostró que detrás de cada diseño aparentemente sencillo hay psicología del color, geometría, anatomía…
El Festival de Cine de Málaga terminó, pero las conversaciones que empezaron ahí siguen vivas. Los juegos que presentamos son prototipos, sí, pero también promesas: la próxima generación de creadores ya está aquí, y viene con ganas de mezclar disciplinas, de saltarse normas, de contar cosas que solo pueden contarse cuando el espectador tiene un mando en la mano.

Mientras tanto, seguiremos en nuestra sede de Málaga en La Fábrica del Videojuego, trabajando en la próxima remesa de historias jugables. Porque si algo nos llevamos de esta experiencia es que el público está listo. Y nosotros, más.
El equipo EVAD
PD: Para los que seguís preguntando —sí, Frostfire y Smile Thief seguirán teniendo vida después del festival. Estad atentos a nuestras redes ;).






